¡Qué ilusión que estés leyendo esto!
El Método Gabla nos cambió la vida, saber qué le pasaba a mi hijo Adrián, qué sentía, dónde le dolía… fue clave para todos.
¡Hola! Soy Noelia Martín Durán, mamá, mujer y una generadora de ideas constante, creativa en potencia, una fábrica de sueños. Soy una buena mezcla de valentía y prudencia, y me pongo en acción con lo que deseo.
Emprendedora salmantina, hecha de criminología, seguridad e investigación, y gracias a una innata curiosidad, a un peque intenso y a necesitar entenderlo, descubrí que quería dejar mi vida laboral anterior para (r)evolucionar el mundo de la comunicación con los bebés a través del Método que nos cambió la vida.
Cuando nació Adrián llegaron las lágrimas constantes, las noches sin dormir y la desesperación de no encontrar la respuesta a la pregunta que tantas veces nos hacemos los padres… “¿Qué te pasa?” un bebé que no daba tregua, un peque intenso que removió todo y una mamá que ya no podía más.
Cumplió un añito, llegamos al punto máximo de –locura- y pensé… “tiene que haber algo para que yo pueda entenderte” me puse a investigar, que es lo mío, y descubrí los BabySign en EEUU, unos signos que se los enseñas a tu bebé y él te puede decir cosas con las manos, ¡justo lo que necesitaba! No me lo pensé, busqué el material en español, lo compré y ese mismo día por la noche me aprendí más de 100 signos que venían en el libro… (no es ninguna proeza, son muy muy fáciles, intuitivos e icónicos, ¡ya lo verás!).
Al día siguiente ya le empecé a signar las palabras: a los 13 meses empezamos, y al mes y medio ya me hacía ¡más de 50 signos! Una pasada descubrir su mundo, entender sus porqués y poder tener una conversación real con un bebé que aún no habla… Saber cuando tenía las otitis, porqué lloraba de miedo, entender la razón de tomar sólo el pecho derech…
Al principio nadie creía en el método, ni en la capacidad de mi hijo de usarlo, ni en mí decisión de enseñárselo… ahora puedo decir que fue clave en nuestra vida. A todos nos dió seguridad, porque la pregunta “¿qué te pasa?” ya tenía respuesta, aunque fuera signada, porque las frustraciones tenían explicaciones, aunque fueran signadas, las sonrisas, los miedos y las lágrimas tenían porqués, aunque fueran signados.
Me encantaba entender a mi pequeño a través de los gestos con las manos. De lo más orgullosa que estoy cómo madre por todas las ventajas que conlleva es de haberle enseñado los signos, ha sido mi mejor descubrimiento ¡era nuestro súperpoder! Si le preguntas ahora a Adrián te dirá “yo siempre he hablado con mamá”…
Un día de septiembre Patricia, en su centro Mímame, vió a Adrián hacerme el signo de manzana, su hijo estaba merendando y el mío quería un trocito…
– ¿Os comunicáis por signos?
– Sí!
– ¿Pero tiene alguna necesidad especial?
– No, pero cómo es peque y todavía no habla le he enseñado signos para poder comunicarnos.
– ¡¿y tú puedes enseñar eso a las familias del centro?!
Y ese día, todo cambió, estaba embarazada nuevamente después de un aborto y aún no la sabía, y además empezaba mi misión de dar voz a los más pequeños. Gracias a ese empujón, decidí formarme como Instructora de Signos para Bebés, empecé a formar a familias, después a centros infantiles y a profesionales.
Nace mi sueño real, Bebés & Signos, llega la Comunicación Temprana Gestual y con ella mi Método GABLA.
La criminología me llevó a la maternidad, la maternidad a la comunicación y la comunicación a la neurocomunicación… ¡vivirás un viaje al Planeta donde los peques y los adultos se entienden antes de poder hablar!
¿Te gustaría tener la misma experiencia que yo y disfrutar al máximo a tu peque?